Nutrición
La CHÍA es la Fuente Vegetal con más alto contenido en Omega 3 y la relación entre su contenido de Omega 6 y de Omega 3 es la que más se asemeja a la Leche Materna. Además tiene otros componentes muy valiosos para la nutrición humana, como son los antioxidantes, la fibra, las proteínas, las vitaminas B1, B2, B3, y los minerales tales como fósforo, calcio, potasio, magnesio, hierro, zinc y cobre.
La información tecnológica ha dado una excelente oportunidad de ofrecer al mundo un “nuevo antiguo” cultivo, ha demostrado que la Chia tiene un potencial altamente significativo en la industria alimentaria.
Es una semilla oleaginosa y se diferencia a las demás oleaginosas por su contenido graso: Los 2/3 del aceite de Chía son Ácidos Grasos Esenciales Omega-3 (Poli-Insaturados), y solo el 10 % son ácidos grasos saturados.
La semilla de Chía es considerada “suplemento dietético” por la FDA (Food and Drug Administration, USA). Además, completa las exigentes regulaciones de contenido de nutrientes alimenticios establecidas por esta organización para ser un “alimento saludable”.
Comparación de la Chía de ChiaSa con otros alimentos:
Más antioxidantes que los arándanos.
100% más fibra que cualquier cereal en hojas.
100% más potasio que los plátanos.
200% más hierro que la espinaca.
300% más selenio que el Lino.
500% más proteína que las alubias rojas.
500% más calcio que la leche (absorbible).
700% más Omega3 que el salmón salvaje o de piscifactoría.
800% más fósforo que la leche completa.
1400% más magnesio que el brócoli.
viernes, 20 de febrero de 2009
LAS PROPIEDADES DE LA CHIA PLANTA MILENARIA
El equilibrio perfecto entre Omega-3 y Omega-6, brindando multiples beneficios para la salud.
Los ácidos grasos esenciales en la prevención de enfermedades
Los estudios epidemiológicos demuestran claramente la relación especifica entre la alimentación deficiente en nutrientes esenciales y la aparición de enfermedades degenerativas. La prevención primaria y secundaria de dichas enfermedades pone en relieve que si se consigue una alimentación equilibrada, estaría a favor de un enfoque más prometedor en la prevención de patologías, así como un medio mucho más eficaz para el tratamiento de las mismas.
La evidencia sugiere que los ácidos grasos omega-3 juegan un rol importante en la función de la membrana celular. Una ingesta optima de estos ácidos grasos, trae consigo múltiples beneficios que incluyen la reducción del riesgo cardiovascular, prevención de enfermedades del sistema nervioso y disminución de la sintomatología de enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide.
Enfermedades Cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte en muchos países del mundo, por lo que la prevención cardiovascular se presenta como un gran desafio para los especialistas del área. Desde que en 1980 se ha demostrado que una dieta rica en ácidos grasos OMEGA-3, fibra y antioxidantes podría reducir la incidencia de enfermedad cardiovascular.
La evidencia científica apoya el uso de ácidos grasos OMEGA-3 en el tratamiento y reportan una disminución de hasta un 30% de triglicéridos y lipoproteínas de baja densidad (LDL), después de usar ácidos grasos OMEGA-3 como coadyuvantes del tratamiento hipolipemiante. Recientes estudios describen que los ácidos grasos OMEGA-3 tienen la capacidad de estabilizar la actividad eléctrica cardiaca, lo que explica su potente acción antiarrítmica, además de su influencia en la disminución de la probabilidad de muerte súbita post-infarto hasta en un 70%.
Enfermedades Inflamatorias
Diversas investigaciones demuestran los efectos benéficos de los ácidos grasos OMEGA-3 en las enfermedades inflamatorias crónicas como la psoriasis, asma, artritis reumatoide, entre otras, a través de la inhibición de los eventos pro-inflamatorios.
Las conclusiones de múltiples estudios demuestran que el consumo de ácidos grasos OMEGA-3 desempeña un papel fundamental en la función pulmonar y en la prevención y tratamiento de numerosas enfermedades inflamatorias del pulmón como la bronquitis por ejemplo. Esto es importante si tenemos en cuenta que la enfermedad respiratoria es una de las más mortíferas del mundo, y va en aumento
Enfermedades del Sistema Nervioso
La naturaleza de los ácidos grasos que componen las membranas celulares del cerebro tiene gran importancia metabólica. Cuanta mayor sea la proporción de ácidos grasos Poliinsaturados OMEGA-3, mayor es la plasticidad de la misma. En las membranas se encuentran las estructuras de los receptores de neurotransmisores. Si la membrana es rígida, el acoplamiento espacial del receptor de la membrana y el neurotransmisor podría ser difícil o incluso no realizarse.
Esta demostrado que la deficiencia de ácido graso alfa-linolénico (ALA) altera el curso del desarrollo neuronal, perturba la composición y propiedades fisicoquímicas de las membranas celulares, neuronas, etc. Esto explica el porque los ácidos grasos poliinsaturados OMEGA-3 que componen las membranas neurales, son un factor clave en el desarrollo cerebral, en la comunicación química de las neuronas y probablemente en la supervivencia de estas en respuesta al daño.
Desordenes siquiátricos severos, incluyendo el déficit atencional y el desorden de hiperactividad, pueden estar asociados con anormalidades de los ácidos grasos OMEGA-3.
Otros estudios encontraron una disminución de ácidos grasos OMEGA-3 en la membrana eritrocitaria de pacientes deprimidos respecto de controles sanos, con una correlación estadística entre el grado de disminución de estos ácidos en la membrana celular y el grado de depresión. Además, algunos estudios han sugerido el uso de terapias con suplementación dietaria de OMEGA-3 en pacientes con trastorno bipolar y esquizofrenia donde se ha identificado anormalidad en los ácidos grasos de la membrana neural.
Embarazo y Lactancia
Los lípidos en la leche materna son los nutrientes de mayor variabilidad. Los cambios alimentarios vinculados con el desarrollo de nuestra sociedad han determinado la reducción en el contenido de ácidos grasos OMEGA-3 en las últimas décadas.
Los ácidos grasos OMEGA-3 desempeñan funciones muy importantes en la gestación, lactancia e infancia, ya que son constituyentes de los fosfolípidos de las membranas celulares. La alta concentración de ácidos grasos OMEGA-3 en la retina (60%) y el cerebro (40%), sugieren que estos juegan un rol importante en la función neural y visual. Se sabe que la deficiencia de ácidos grasos esenciales puede provocar serias alteraciones del crecimiento, aprendizaje, desarrollo de las funciones posturales, motoras y agudeza visual del recién nacido.
Durante la vida fetal y hasta el primer año de vida, existe un aumento en el proceso de acumulación de ácidos grasos OMEGA-3 en el cerebro y la retina fetal, a expensas de la madre. Estos ácidos grasos son trasferidos de la madre al feto a través de la placenta y luego del nacimiento a través de la leche materna, por lo que existe una relación positiva entre el consumo de ácidos grasos esenciales de la madre, con el estatus neonatal de los mismos.
Específicamente, la recomendación es de al menos 120 mg diarios de OMEGA-3 en mujeres embarazadas en el primer trimestre. Durante el último trimestre se produce mayor acumulación de ácidos grasos en el sistema nerviosos del feto, por lo que las necesidades diarias aumentan hasta 250 mg diarios. En tanto la lactancia, la madre utiliza 70-80 mg de ácidos grasos OMEGA-3 en la leche, además de la cantidad que requiere para satisfacer sus propias demandas, razón por la cual la ingesta recomendada es de 250 mg diarios
Los ácidos grasos esenciales en la prevención de enfermedades
Los estudios epidemiológicos demuestran claramente la relación especifica entre la alimentación deficiente en nutrientes esenciales y la aparición de enfermedades degenerativas. La prevención primaria y secundaria de dichas enfermedades pone en relieve que si se consigue una alimentación equilibrada, estaría a favor de un enfoque más prometedor en la prevención de patologías, así como un medio mucho más eficaz para el tratamiento de las mismas.
La evidencia sugiere que los ácidos grasos omega-3 juegan un rol importante en la función de la membrana celular. Una ingesta optima de estos ácidos grasos, trae consigo múltiples beneficios que incluyen la reducción del riesgo cardiovascular, prevención de enfermedades del sistema nervioso y disminución de la sintomatología de enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide.
Enfermedades Cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte en muchos países del mundo, por lo que la prevención cardiovascular se presenta como un gran desafio para los especialistas del área. Desde que en 1980 se ha demostrado que una dieta rica en ácidos grasos OMEGA-3, fibra y antioxidantes podría reducir la incidencia de enfermedad cardiovascular.
La evidencia científica apoya el uso de ácidos grasos OMEGA-3 en el tratamiento y reportan una disminución de hasta un 30% de triglicéridos y lipoproteínas de baja densidad (LDL), después de usar ácidos grasos OMEGA-3 como coadyuvantes del tratamiento hipolipemiante. Recientes estudios describen que los ácidos grasos OMEGA-3 tienen la capacidad de estabilizar la actividad eléctrica cardiaca, lo que explica su potente acción antiarrítmica, además de su influencia en la disminución de la probabilidad de muerte súbita post-infarto hasta en un 70%.
Enfermedades Inflamatorias
Diversas investigaciones demuestran los efectos benéficos de los ácidos grasos OMEGA-3 en las enfermedades inflamatorias crónicas como la psoriasis, asma, artritis reumatoide, entre otras, a través de la inhibición de los eventos pro-inflamatorios.
Las conclusiones de múltiples estudios demuestran que el consumo de ácidos grasos OMEGA-3 desempeña un papel fundamental en la función pulmonar y en la prevención y tratamiento de numerosas enfermedades inflamatorias del pulmón como la bronquitis por ejemplo. Esto es importante si tenemos en cuenta que la enfermedad respiratoria es una de las más mortíferas del mundo, y va en aumento
Enfermedades del Sistema Nervioso
La naturaleza de los ácidos grasos que componen las membranas celulares del cerebro tiene gran importancia metabólica. Cuanta mayor sea la proporción de ácidos grasos Poliinsaturados OMEGA-3, mayor es la plasticidad de la misma. En las membranas se encuentran las estructuras de los receptores de neurotransmisores. Si la membrana es rígida, el acoplamiento espacial del receptor de la membrana y el neurotransmisor podría ser difícil o incluso no realizarse.
Esta demostrado que la deficiencia de ácido graso alfa-linolénico (ALA) altera el curso del desarrollo neuronal, perturba la composición y propiedades fisicoquímicas de las membranas celulares, neuronas, etc. Esto explica el porque los ácidos grasos poliinsaturados OMEGA-3 que componen las membranas neurales, son un factor clave en el desarrollo cerebral, en la comunicación química de las neuronas y probablemente en la supervivencia de estas en respuesta al daño.
Desordenes siquiátricos severos, incluyendo el déficit atencional y el desorden de hiperactividad, pueden estar asociados con anormalidades de los ácidos grasos OMEGA-3.
Otros estudios encontraron una disminución de ácidos grasos OMEGA-3 en la membrana eritrocitaria de pacientes deprimidos respecto de controles sanos, con una correlación estadística entre el grado de disminución de estos ácidos en la membrana celular y el grado de depresión. Además, algunos estudios han sugerido el uso de terapias con suplementación dietaria de OMEGA-3 en pacientes con trastorno bipolar y esquizofrenia donde se ha identificado anormalidad en los ácidos grasos de la membrana neural.
Embarazo y Lactancia
Los lípidos en la leche materna son los nutrientes de mayor variabilidad. Los cambios alimentarios vinculados con el desarrollo de nuestra sociedad han determinado la reducción en el contenido de ácidos grasos OMEGA-3 en las últimas décadas.
Los ácidos grasos OMEGA-3 desempeñan funciones muy importantes en la gestación, lactancia e infancia, ya que son constituyentes de los fosfolípidos de las membranas celulares. La alta concentración de ácidos grasos OMEGA-3 en la retina (60%) y el cerebro (40%), sugieren que estos juegan un rol importante en la función neural y visual. Se sabe que la deficiencia de ácidos grasos esenciales puede provocar serias alteraciones del crecimiento, aprendizaje, desarrollo de las funciones posturales, motoras y agudeza visual del recién nacido.
Durante la vida fetal y hasta el primer año de vida, existe un aumento en el proceso de acumulación de ácidos grasos OMEGA-3 en el cerebro y la retina fetal, a expensas de la madre. Estos ácidos grasos son trasferidos de la madre al feto a través de la placenta y luego del nacimiento a través de la leche materna, por lo que existe una relación positiva entre el consumo de ácidos grasos esenciales de la madre, con el estatus neonatal de los mismos.
Específicamente, la recomendación es de al menos 120 mg diarios de OMEGA-3 en mujeres embarazadas en el primer trimestre. Durante el último trimestre se produce mayor acumulación de ácidos grasos en el sistema nerviosos del feto, por lo que las necesidades diarias aumentan hasta 250 mg diarios. En tanto la lactancia, la madre utiliza 70-80 mg de ácidos grasos OMEGA-3 en la leche, además de la cantidad que requiere para satisfacer sus propias demandas, razón por la cual la ingesta recomendada es de 250 mg diarios
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